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sábado, 12 de junio de 2010

Prepárate!

Yo ya estaba muy cansado, mis piernas se estaban acalambrando, ya había oscurecido y había empezado a lloviznar.
Había trotado mucho esa tarde en la playa y luego a la vuelta, de paso, fui a hacer algunas diligencias. Fui a comprar un remedio para mi madre.
Si no hubiera estado tan cansado, tal vez mi reacción habría sido otra.
Pero no pude hacer nada, las piernas no me respondieron para hacer algo mejor, sólo intenté esquivarlo, pero no pude. Y atiné a revolearle la mochila, pero él me disparó a quemarropa todo los disparos que pudo con su pistola.
Además -por supuesto- me sorprendió, no esperaba -nadie espera- semejante acción.

Me crucé con un tipo en una esquina, alguien totalmente desconocido, y ni siquiera alcanzo a cruzar una mirada con él y de pronto veo que se adelanta hacia mí un paso,dos... y en un flash veo que tiene en una mano lo que parece ser un arma de fuego -todo esto en décimas de segundos-, que parece apuntar hacia mí aunque no quiero creerlo, pero sin más trámite veo el fogonazo y el estampido del disparo, de los disparos, ¡todos los disparos hacia mí!

Él venía de la casa de unos amigos suyos, dos hermanos, a cincuenta metros de esa esquina.
Los padres de los dos muchachos se habían ido. Los tres estaban solos en la casa. Habían mirado el partido de la Selección Argentina de fútbol frente a Nigeria por el Campeonato Mundial de Fútbol en Sudáfrica. Y durante el partido y después bebieron mucho alcohol y miraron también algunas películas. Estaban los tres totalmente borrachos.
Él miraba una película sobre unos muchachos que disparaban a todos los que se encontraban en la calle, drogados, y muy "divertidos" con sus armas decían: -"Prepárate, vas a morir" y disparaban a matar, y mataban.

Uno de los hermanos abrió un cajón para sacar dinero y comprar más cervezas en el almacén, y allí había también una pistola 9mm. de su padre.
El sujeto que luego me disparó vio el arma. Y cuando sus amigos se distrajeron... -lo cual no era muy difícil con todo el alcohol que habían bebido esa tarde- él tomó el arma, salió al patio y efectuó un disparo al aire. Sus amigos corrieron espantados hacia él, pero no pudieron hacer nada porque los apuntó con el arma.
-¡Quietos!
-¿Qué estás haciendo? ¿estás loco? ¡dejá eso que vas a hacer una cagada, boludo!
-"Prepárense, van a morir" -les dijo-. Pero los dos salieron corriendo a tropezones y no le dieron tiempo a dispararles.
Tras esa frustración, él salió a la calle, corrió hasta la esquina, se cruzó conmigo... me dijo:
-"Prepárate... vas a morir".
Y la única novedad en mi vida que tengo para contarles es que ahora estoy muerto.

Claudio Camerucci
junio de 2010, Mar del Plata

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