Archivo del blog

domingo, 13 de junio de 2010

Esa ola



Ya está avanzado el otoño en Mar del Plata, ya está empezando a hacer frío, sin embargo todavía se pueden ver a los surfistas disfrutando de las playas casi desiertas de esta época del año.
Yo estoy abrigado fuera del agua y me pregunto si no tienen frío, pero sus trajes de neoprene y su pasión por "jinetear" olas pueden más que el frío del cercano invierno.
Viendo con atención lo que hacen estos muchachos y muchachas, pensaba que esa búsqueda que hacen de la ola perfecta se parece mucho a lo que todos hacemos o intentamos hacer en nuestras vidas.
Uno está allí, frente a las olas, que vendrán una tras otra y elegirá si intentará subirse a ella o no.

Tratamos de hallar esa ola que nos lleve. Intentaremos subirnos a su cresta, buscaremos sumarnos a su envión y pararnos sobre y así lograr que nos lleve por unos instantes hasta el momento perfecto.
En esos intentos sucederá que fallaremos muchas veces, no podremos sumarnos a su envión, tal vez porque lo hicimos a destiempo, no aplicamos la decisión en el instante correcto, y la ola se irá. Después la veremos que se va y rompe tan hermosa como creíamos que iba a ser esa ola, pero la perdimos, no fue para nosotros.

Pero volveremos a intentarlo una y otra vez, obstinadamente, porque soñamos con esa ola, podemos imaginar ese momento de felicidad y allí esperamos, agazapados sobre la tabla, como un cazador, atentos con la mirada estudiando la marea de ondas que avanza hacia nosotros.

Algunos días el mar está "planchado" y no habrá olas. No tendremos ninguna oportunidad. Pero volveremos al otro día cargando nuestra tabla hasta la playa con toda la ilusión buscando esa ola.
Y muchas olas pasarán sin que hayamos podido subirnos a ellas, otras veces nos caeremos y nos revolcarán al intentarlo, pero llegará esa ola que estábamos esperando, lograremos sumarnos a su envión, nos vamos a parar de un salto, y allí nos deslizaremos sobre ella, habrá una lucha de fuerzas entre ese lomo revoltoso de la ola y tus piernas, y ella, rompiendo furiosa pero a la vez hermosa, perfecta, nos llevará por unos segundos eternos hacia la felicidad.

Como en la vida, estamos siempre buscando esa ola.

Claudio Camerucci
junio de 2010

1 comentario:

  1. ojalá seamos capaces de subirnos a la ola que esperábamos, y que ella no nos ahogo y nos mate... no sé nadar, tirarme sobre ella es una tentación, pero no exenta de temor, y temblor...

    ResponderEliminar